Mir Rodriguez Lombardo

Navegando el mundo

Comencé con Greenpeace en 1991. En aquel tiempo tenían una campaña contra el transporte nuclear, dirigida a detener el comercio de plutonio. Japón enviaba su combustible nuclear usado a Inglaterra y Francia, donde fábricas especiales le extraían el plutonio, devolviendo el resto de los desechos y el plutonio a Japón. Gracias a esa actividad, Japón acumuló toneladas de plutonio que podría ser convertido en armas nucleares en cualquier momento.

En ese año llegó un equipo de la organización a Panamá y se pusieron en contacto con un grupo al que pertenecía, la Asociación Conservacionista de la Universidad de Panamá, ACUPAN. Como yo hablaba algo de inglés, me mandaron a mí a ayudarlos. Mi trabajo era sentarme con unos binoculares en un punto donde se veía la entrada del Canal de Panamá a esperar a que pasara el Pacific Sandpiper, uno de los barcos ingleses especializados en este tipo de transporte. Fue el comienzo de casi tres décadas con la organización.

En 2001 me subí al viejo velero Rainbow Warrior, como marinero de cubierta voluntario. Poco a poco fui gravitando hacia la parte más tecnológica del trabajo, primero en la sala de máquinas como engrasador y luego como radio operador (también conocido como oficial electrotécnico, ETO), el rango que sigo ejerciendo.

Está de más decir que trabajar de marino con Greenpeace es un oficio peculiar. Estamos todos encerrados en un barco, trabajando 8 horas al día pero en alerta las 24. Cuando estamos en el mar, no podemos ir a ningún lado, tenemos que comer lo que hay (por suerte la mayoría de los cocineros son muy buenos), hay amanecer y atardecer todos los días mientras no haya nubes y pues a veces las cosas se caen de donde las dejaste, si el barco se mueve mucho. He conocido gente muy linda y talentosa, en general mis colegas de trabajo son personas excepcionales.

Almanaque Azul en 2005En la sala de radio del nuevo Rainbow Warrior (Robert Meyers/Greenpeace)Mi ocupación principal como radio operador es la administración de sistemas, es decir mantener la red de computadoras del barco funcionando. Tenemos servidores que corren varios servidores virtuales de GNU/Linux (CentOS, Debian) y Windows para gestionar un sistema de informático diseñado en casa para permitir al barco mantener las comunicaciones con el mundo exterior. Es necesario monitorear y manejar constantemente varios sistemas de comunicaciones por satélite que usamos para tener acceso a internet. Es mi trabajo además darle mantenimiento al equipo de navegación como los radares, las cartas electrónicas y diversos sensores y pantallas que utilizan en el puente de mando.

La parte más divertida del trabajo es el desarrollo de tecnología, con todo tipo de aparatos y juguetes electrónicos de última generación como aviones y submarinos no tripulados, sonares, antenas de wifi de larga distancia, radios definidos por software y tantos otros inventos que provienen de nuestro extraordinario equipo equipo de actiontech. No hay nada que me guste más que agarrar un soldador y treparme al mástil del barco a tratar de echar a andar alguna nueva locura que tratamos de usar para encontrar a una flota pesquera maligna o transmitir al público el mensaje de la campaña.